La Lavanda (Lavandula officinalis), como la Caléndula, calma lesiones cutáneas: irritaciones, picaduras, alergias, quemaduras solares… Ayuda a cicatrizar y a regenerar las células, aumenta la elasticidad de los tejidos y descongestiona y relaja las pieles cansadas.
Es un ingrediente “comodín” en cremas, jabones, lociones y perfumes, tanto por su aroma fresco y floral, como por sus propiedades calmantes y relajantes. Por su suavidad se aplica en productos para las pieles sensibles de los niños o pieles dañadas por el sol o con algún problema como eccema, psoriasis, irritación, picaduras, etc.
El Aceite Esencial de Lavanda se obtiene por destilación al vapor de los brotes florales frescos. En Calendulae también elaboramos un Oleato de Lavanda y aceite de Oliva V.E. Es un excelente cicatrizante de pequeñas heridas y su rico aroma es cálido y relajante. 
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